martes, 25 de agosto de 2015

Cantinfleando ando...

Soy un tipo de persona detestable que cuando quiere hacer algo tiene que hacerlo en el instante siguiente porque sino ¡fatal! Pierdo el interés y la buena intención se queda solo en eso.
Yo me intereso por un montón de cosas ¡uy si les contará!, pero llevo a la practica muy poco. Según yo porque prefiero concentrarme en un par de cosas y hacerlas muy bien.
Ahora pienso distinto. Hay un dicho que dice: "el que mucho abarca poco aprieta" y es verdad, sin embargo ¿no es mejor irnos de este mundo tras haber hecho mucho, y sin quedarnos con ganas de nada?
Si lo pienso bien ése dedicarme a un par de cosas es en realidad: desfallezco de trabajar en dos cosas y luego procrastino el resto del día.
¿por qué no dedicar ese tiempo muerto a lo que te gusta?
Todo es cuestión de organizarse.
Estoy en una etapa de mi vida en la que quiero hacer tanto, hasta acabar rendida.
La disfruto, en especial porque vengo de una (¿depresión?) temporada en la que carecía de ganas y en la que me sobraban excusas. Aun es pronto para decir que veo esos días muy atrás, aun tengo miedo que al cerrar los ojos y despertar a un nuevo día mi "yo" del pasado regrese.
Es por eso que escribo estas palabras, para demostrarme que es posible para mi ser feliz, y soñar y anhelar. Mientras me aferro desesperada a esa verdad.
Escucha: sí se puede.

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