sábado, 29 de agosto de 2015

Un bosque frutal

Cada día al levantarnos tenemos la oportunidad de decidir qué actitud tomar. Saltar de la cama y gritar: ¡hoy va a ser un buen día! Cambia todo. Porque el hecho de que un día sea “bueno” no depende de lo que pasa y sobre lo que no tienes control sino de tu actitud, de querer seguir en pie y luchar.
Es como si Dios nos entragara cada día una semillita, tu decides si la siembras o la tiras a la basura.
Yo quiero todo un bosque frutal.

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